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Confianza en acción: cómo las conversaciones transforman las organizaciones

La confianza no es un concepto abstracto: es un indicador tangible de la calidad de las relaciones.

Puede observarse, medirse, gestionarse y construirse. No basta con percibir o sentir confianza; es necesario identificar qué acciones concretas y qué características de las conversaciones la fomentan, y cómo repararla cuando se erosiona. 

La base de toda relación 

La confianza se construye con consistencia, no con palabras vacías.

Si la confianza es la base, las conversaciones son el motor que la impulsa.

La confianza en un equipo no surge por decreto ni por jerarquía; se construye a través de interacciones consistentes y genuinas. Investigaciones de la Universidad de Stanford (Edmondson, 2012) sobre psychological safety muestran que los equipos que sienten confianza para expresar ideas, hacer preguntas y cometer errores aprenden más rápido y alcanzan mejores resultados. Por el contrario, la ambigüedad, el chisme o los mensajes contradictorios pueden erosionarla rápidamente, pues, como destacan estudios de Edmondson (2012), la comunicación evasiva genera ansiedad, reduce la participación y limita el aprendizaje dentro del equipo.

Se requiere, pues, de una ambiente psicológico (una cultura) que propicie una comunicación franca, clara, que valore las diferencias y las integre, que cree apertura para expresarse con autenticidad.

¿En qué momentos del día a día estás construyendo confianza y en cuáles podrías estar minándola sin darte cuenta? 

Conversaciones que generan confianza 

No son las grandes reuniones, sino los diálogos cotidianos los que crean seguridad.

Las conversaciones no solo transmiten información: construyen el clima emocional de los equipos. Cada palabra, gesto y silencio moldea la percepción de seguridad, pertenencia y respeto.

Las conversaciones claras, abiertas, auténticas y coherentes son la forma más directa de fortalecer la confianza. Hablar con transparencia sobre expectativas, inconformidades, necesidades, objetivos y errores genera seguridad psicológica: un entorno donde los miembros se sienten seguros para expresar ideas, hacer preguntas y asumir riesgos sin miedo a represalias; mientras que la ambigüedad o los mensajes contradictorios pueden erosionarla rápidamente.

¿Tus conversaciones diarias refuerzan la claridad y la seguridad, o dejan espacio para dudas y confusión?

Ciclos de retroalimentación y confianza sostenida 

La confianza no es estática: se construye y se ajusta en ciclos continuos. Para mantenerla viva, es esencial integrarla en los procesos de comunicación habituales, especialmente a través de la retroalimentación.

Estudios en comportamiento organizacional muestran que los equipos que reciben retroalimentación frecuente, clara y constructiva mantienen niveles más altos de confianza y rendimiento. La retroalimentación efectiva activa circuitos de recompensa cerebral, especialmente cuando se percibe como justa y orientada al crecimiento. Este diálogo constante permite al equipo ajustar sus expectativas y comportamientos, solidificando la base relacional.

Reconocer y reparar la confianza erosionada 

Reparar la confianza es un arte: requiere valentía, responsabilidad y tiempo.

Ninguna relación laboral está exenta de conflictos o errores. Lo que diferencia a los equipos exitosos es su capacidad para reparar la confianza cuando se rompe.

Según investigaciones de Mayer, Davis y Schoorman (1995) sobre la teoría de la confianza organizacional, la restauración efectiva depende de:

  1. Transparencia: Reconocer abiertamente el error.
  2. Disculpa Sincera: Asumir responsabilidad sin excusas.
  3. Acción Concreta: Demostrar compromiso con la relación mediante cambios tangibles.

Ignorar los problemas solo profundiza la desconfianza.

Cuando surge un conflicto, ¿cómo actúas para reparar la confianza antes de que los efectos negativos se expandan? 

Liderar con intención: modelo de confianza

La confianza no es un accidente; es el resultado de liderazgo consciente.

Los líderes tienen un rol fundamental en establecer el clima de confianza. Esto implica ser conscientes de cada interacción, desde reuniones formales hasta conversaciones informales, y modelar comportamientos coherentes con los valores de la organización.

La investigación de Stephen M. R. Covey (2006) en The Speed of Trust resalta que los equipos liderados por personas confiables trabajan más rápido, cometen menos errores y se sienten más motivados. Esto demanda que los líderes:

La confianza se erosiona cuando hay disonancia entre lo que el líder dice y lo que hace. Las investigaciones destacan que el liderazgo ético —basado en la coherencia, la justicia y el respeto— genera mayor confianza que el liderazgo transaccional o carismático. La confianza se fortalece cuando los líderes demuestran integridad en decisiones difíciles, especialmente en contextos de incertidumbre o cambio organizacional.

La confianza organizacional no se basa en el carisma ni en la simpatía del líder, sino en la percepción de su integridad, justicia y coherencia.

¿Qué acciones diarias puedes tomar como líder para ser un ejemplo vivo de confianza en tu equipo? 

La confianza como motor de resultados 

Los equipos que confían trabajan mejor, innovan más y logran más juntos.

Según estudios de Google sobre sus equipos de alto rendimiento (Project Aristotle, 2016), la seguridad psicológica y la confianza fueron los factores más determinantes para el éxito grupal. La neurociencia respalda esto: la confianza activa circuitos cerebrales vinculados a la oxitocina (la hormona de la vinculación social), reduce la actividad de la amígdala (centro del miedo) y aumenta la apertura a nuevas ideas y colaboración.

Esto implica, a nivel práctico, evitar microagresiones, ambigüedad y sobrecontrol, que activan respuestas defensivas.

¿Cómo estás midiendo la confianza en tu equipo y asegurando que sea un activo estratégico para la organización?

Conclusión 

La neurociencia dice que la confianza activa circuitos cerebrales vinculados a la oxitocina, la hormona de la vinculación social. Cuando las personas se sienten seguras, se reduce la actividad de la amígdala (centro del miedo) y aumenta la apertura a nuevas ideas y colaboración. Esto implica evitar microagresiones, ambigüedad y sobrecontrol, que activan respuestas defensivas.

Construir y mantener la confianza requiere atención, consistencia y conversaciones conscientes. Cada interacción, por pequeña que parezca, tiene el potencial de fortalecer o debilitar la confianza dentro de tu equipo. Reflexionar sobre cómo nos comunicamos y actuar con intención no solo mejora las relaciones, sino que también potencia la colaboración, la innovación y los resultados organizacionales.

Te invito a observar tu entorno laboral: ¿estás creando espacios donde la confianza pueda crecer o solo reaccionando cuando se pierde? La respuesta determinará no solo la calidad de tus relaciones, sino también el éxito sostenido de tu equipo y tu organización.

Finalmente, te dejo un compendio de los factores de una conversación que generan confianza.

Factores de una conversación que genera confianza 

Cómo reconocer y cultivar interacciones que fortalecen vínculos, seguridad y colaboración en equipos.

  1. Claridad, transparencia y coherencia 

Amy Edmondson (Harvard), Stephen M. R. Covey (The Speed of Trust)

  1. Escucha activa, Empatía y Seguridad psicológica 

Judith E. Glaser (Conversational Intelligence), Amy Edmondson (Teaming)

  1. Asertividad y Retroalimentación constructiva 

NeuroLeadership Institute, Kouzes & Posner (The Leadership Challenge)

  1. Respeto, Dignidad y Responsabilidad compartida 

Mayer, Davis y Schoorman (Teoría de la confianza organizacional), Brené Brown (Dare to Lead)

  1. Consistencia relacional 

Paul Zak (The Neuroscience of Trust), Colquitt (Organizational Justice)

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